“Los tucumanos no se merecen ni un manzurista ni un jaldista como Defensor del Pueblo; esta es una legítima convicción en la cual toda la oposición debería estar unida”. Así lo expresó a LA GACETA el intendente capitalino Germán Alfaro al fijar posición respecto de la elección del nuevo ombudsman. A la vez, Alfaro cargó con dureza contra el oficialismo provincial al sostener que está degradando la calidad institucional con su disputa por la designación del nuevo funcionario.
“La figura del Defensor del Pueblo es la de un funcionario de contralor al servicio de la ciudadanía; tanto para mediar como amigable componedor en desacuerdos vecinales como para velar por los derechos de los consumidores ante empresas públicas o privadas, o para reivindicar derechos ciudadanos frente a los poderes del Estado”, recordó el jefe municipal. Como tal -prosiguió-, el ombudsman tiene legitimidad activa para impulsar amparos colectivos en representación de la sociedad.
“Contrariamente a esto, en lugar de estar discutiendo los perfiles profesionales de quienes se han inscripto para el ejercicio de esta tarea, el oficialismo se ha encargado de bastardear esa naturaleza politizándolo a niveles de verdadera vergüenza pública”, criticó Alfaro.
“Pareciera que hoy asistimos a una pelea que en realidad solamente busca designar o al Defensor de la Legislatura o al Defensor de la Casa de Gobierno. Quienes conformamos este espacio político no estamos dispuestos a convalidar este agravio contra una institución con rango constitucional”, afirmó.
Mañana, los legisladores elegirán al sucesor de Fernando Juri Debo, entre Eduardo Cobos, Mario Koltan y María Saab.
Según el intendente tanto quienes conducen el Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo siguen enfrascados en una lucha de poder que sólo empeora la degradación institucional de la provincia. “A la vez, gobiernan de espaldas a la ciudadanía, cuya agenda está llena de urgencias que demandan soluciones impostergables, como la inseguridad criminal que se padece, la creciente tasa de femicidios y de homicidios, y el incremento sin tope del desempleo y de la inflación”, cargó contra la gestión del oficialismo.
Mientras son cada vez más las familias que caen en la pobreza y son cada vez más los emprendedores que ven fundirse sus negocios - siguió con su mirada crítica-los que gobiernan libran una pelea encarnizada por un despacho que ni siquiera les corresponde: “la Defensoría del Pueblo debería ser desempeñada por un representante de la oposición. No por un referente de la Casa de Gobierno ni por un referente de la Legislatura”.
“Es un insulto a la inteligencia de los tucumanos que pretenden que un hombre que hoy le responde al gobernador, o que hoy le responde al vicegobernador, mañana vaya a ser un ombudsman independiente que controle al Gobierno, y hasta impulse acciones judicialmente contra sus decisiones o lo denuncie”, opinó.
En ese marco, el jefe municipal entiende que mañana no habrá elección de ningún defensor del pueblo sino un nuevo capítulo en la pelea del oficialismo. “Y así como este espacio político ha dejado claro que no está dispuesto a participar de la interna que hoy disputan en el radicalismo intendentes y parlamentarios nacionales, subrayamos que tampoco estamos dispuestos a participar de la interna del Gobierno de la provincia”, remarcó.
Siguiendo en esa línea, entiende que mañana estará en juego no sólo la calidad institucional tucumana sino también la calidad de la oposición. “Nosotros, en el rol de opositores, asumimos que quienes hemos sido consagrados por el voto popular para cuidar las instituciones de los atropellos del oficialismo de ninguna manera podemos prestarnos a quedar entrampados en las disputas del oficialismo”, dijo para marcar distancias políticas.
Convicción opositora
“Los tucumanos no se merecen ni un manzurista ni un jaldista como Defensor del Pueblo. Esta es una legítima convicción en la cual toda la oposición debería estar unida. Pero si algunos están dispuestos a prestarse al manoseo de la interna del Gobierno, que después no vengan a llenarse la boca de unidad ni a disfrazarse de pregoneros de falsas convocatorias para superar diferencias ideológicas, porque lo que nos separan, más que las ideas políticas, son las prácticas políticas”, puntualizó.
Alfaro deslizó que en el oficialismo algunos festejarán el resultado como un triunfo. “En realidad asistiremos a otra dolorosa derrota del pueblo tucumano -sostuvo-. Pero deben tener cuidado porque los tucumanos ya van entendiendo que cada retraso institucional es más inseguridad, más pobreza y más desgracias para nuestra provincia. Sólo eso hay que esperar de esta elección del próximo Defensor del Pueblo, que se da en el marco de una discusión donde el gran ausente es el pueblo, que no tiene un gobierno que lo defienda”.